A la hora de elegir pinturas nos encontraremos gran variedad y características distintas, pero sin lugar a dudas, una duda que nos encontraremos es MONOCAPA O PLÁSTICA a la carta? Si preguntamos a los profesionales, la gran mayoría se decantarán por la segunda opción, mientras que en las grandes superficies optan por la primera. Los motivos son los siguientes: 

Las pinturas monocapa tienen una mayor concentración de pigmento, por lo que cubren mucho más que el resto de pinturas. Sin embargo, tienen una densidad mayor y por ello en superficies que no son completamente lisas el trabajo se complica mucho y resulta muy difícil cubrir todos los huecos. En una pared con gotelé, será una tarea titánica. Por otro lado, si no se estiran correctamente aparecerán surcos y marcas allí donde las pasadas se repitan. Por ello, al final el resultado de esa única capa, no siempre es el esperado y nos vemos obligados a dar una e incluso dos más rebajadas con agua para intentar mejorar el resultado. Por último, existe una última pega que también juega en su contra, la capacidad de penetración en el soporte es muy baja, por lo que la pintura no se adherirá con tanta fuerza como las profesionales, creando una capa más débil que con el tiempo puede desprenderse. 

Las pinturas a la carta por el contrario, nos ofrecen una amplísima paleta de colores y varios acabados para pintar a nuestro gusto. Y si bien es cierto que se recomiendan siempre dos capas, cronómetro en mano, podremos comprobar que el tiempo de aplicar ambas es incluso menor que el de una de monocapa, sobre todo en superficies rugosas. Los fabricantes recomiendan rebajar entre un 15% y un 20% con agua, el motivo no es obligarnos a dar más capas si no, mejorar la penetración en el soporte y generar así una buena base para las siguientes capas. Muchos profesionales se decantan por entre un 10% y un 15% en la primera y un 5% y un 10% en la segunda, dependiendo del grado de rugosidad del soporte. Si se da un buen estirado a la pintura, la primera capa quedará brillante y con buen color pero no uniforme. La segunda será la que nos deje un acabado profesional y vistoso. 

La elección parece simple el único factor que falta por revisar es el precio. Si sólo damos una capa y encontramos una buena oferta la monocapa puede ser la opción más económica en lo referente a materiales, en tiempo depende de la cantidad de superficie y lo lisa que sea. Es decir que si todo sale bien, con la monocapa ahorramos dinero en superficies pequeñas. Para pintar grandes superficies, o superficies rugososas, el verdadero ahorro será la pintura a la carta.